jueves, 14 de enero de 2021

ALIMENTOS TRANSEGNICOS COMO PARTE SUSTENTABLE DE LA ECONOMIA BOLIVIANA

1. INVESTIGACION HISTORICA

Finalmente las observaciones de Mendel lograron allanar el camino para el desarrollo de la primera planta modificada genéticamente, la cual fue una planta de tabaco resistente a los antibióticos; esto se realizo en el año de 1983. La producción de semillas híbridas en conjunto a la utilización de fertilizantes provocaron grandes aumentos en el periodo comprendido entre 1950 y 1984. Este periodo también fue llamado posteriormente “la revolución verde”. Después de que el avance de 1983 fue confirmado, llevó a los científicos unos diez años en lograr crear el primer alimento genéticamente modificado para uso comercial. Este producto transgénico fue un tomate creado por una compañía con sede en California y que su nombre es Calegne. La nueva especie de tomate, que fue nombrado FlavrSavr por la empresa, se puso a disposición comercialmente en 1994. A pesar de que los consumidores mostraron un gran interés en el mismo, la compañía detuvo su producción en 1997 debido al hecho de que su vida útil hace que sea menos rentable para la empresa. No obstante, gracias a esos avances, hoy en dia, un agricultor los puede plantar con innumerables características curiosas: pueden ser resistentes a numerosas plagas, con menos agua en su interior (lo cual quiere decir que se conservarán en buen estado durante más tiempo), gigantes, diminutos, especialmente sabrosos, con un aspecto asombrosamente saludable.

2. INVESTIGACION EXPERIMENTAL

La biotecnología es definida como el conjunto de técnicas, procesos y métodos que utilizan organismos vivos o sus partes para producir una amplia variedad de productos.Si analizamos esta definición podemos concluir que la biotecnología como tal no es nueva.

Productos como la cerveza, el vino, el queso y el pan, entre otros, son el resultado de la acción de los organismos vivos que han sido utilizados por el hombre para obtener estos productos durante siglos. Sin embargo, lo que hoy conocemos como biotecnología moderna o transgénicos surgió en los años setenta y está relacionado con el uso de una serie de herramientas que en el conjunto se denominan ADN recombinante o ‘ingeniería genética’. La ingeniería genética es la herramienta clave de la biotecnología moderna por medio de la cual se transfiere ADN de un organismo a otro.

La modificación de la información genética de microorganismos, plantas y animales ha permitido mejorar prácticas y productos agrícolas. La evolución de la biotecnología moderna fue el resultado del avance en diferentes disciplinas del conocimiento (biología celular, microbiología, genética, estadística, informática bioquímica, ingeniería, entre otras) que sentaron las bases para su desarrollo y aplicación. Con las herramientas, técnicas y metodologías de la biotecnología moderna es posible producir nuevas variedades de plantas con mayor rapidez que antes, con características nutricionales mejoradas, tolerancia a condiciones adversas, resistencias a herbicidas específicos, control de plagas y mucho más.

Los organismos vivos a los cuales se les trasfieren genes mediante la aplicación de la biotecnología moderna se conocen como biotecnológicos, transgénicos o modificados genéticamente. 

La diferencia que aportan es que, hoy en día, el hombre no sólo sabe cómo usar las células u organismos que le ofrece la naturaleza, sino que ha aprendido a modificarlos y mejorarlos en función de sus necesidades.

3. INVESTIGACION CUALITATIVA 

Bolivia siembra soya transgénica tolerante a herbicidas desde el año 2008 (cosechando más de 1.2 millones de hectáreas en 2016) e importa al menos 11 tipos de alimentos derivados de cultivos transgénicos, productos que llegan sobre todo de Estados Unidos y el Mercosur. Ahora sus agricultores exigen al gobierno la autorización para poder sembrar maíz, algodón y caña de azúcar transgénica que les ayude a controlar plagas y malezas y también tolerar mejor las sequías. A pesar de que Bolivia por el momento solo siembra soya transgénica a nivel comercial, los pequeños, medianos y grandes productores de Santa Cruz (el mayor productor de alimentos de Bolivia) demandan que el Gobierno central autorice el uso de más productos derivados de los cultivos transgénicos cómo el maíz, algodón y caña de azúcar, resistentes a los efectos del cambio climático, las plagas y las malezas. Argumentan que esta medida mejoraría los rendimientos y los costos de producción. El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Marcelo Pantoja, sostiene que el sector productivo atraviesa una difícil situación por las pérdidas provocadas por lluvias e inundaciones, por lo que ameritan medidas. “Esperamos avanzar en los acuerdos de la agenda productiva establecida con el presidente Evo Morales en el acceso al uso de nuevos eventos biotecnológicos en soya, maíz, algodón y caña de azúcar, ya que es la única forma de brindar condiciones adecuadas para que los productores podamos invertir en la ampliación de la frontera agrícola”, sostiene. El artículo 255 de la CPE prohíbe la importación, producción y comercialización de OGM (organismo cuyo material genético fue alterado con técnicas de ingeniería, mediante transgénesis o cisgénesis, es decir, la inserción de uno o varios genes. Incluyen microorganismos, como bacterias o levaduras). A pesar de esta normativa, Pantoja indica que Bolivia importa maíz transgénico sin autorización, principalmente de Argentina. En tanto, el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, explica que para identificar los alimentos que importa Bolivia se debe identificar el origen de los mismos. “Principalmente Estados Unidos y los países del Mercosur cómo lo son Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, de dónde provienen materias primas cómo la soya, maíz y canola transgénica”, explica.

4. INVESTIGACION CUANTITATIVA 

Es significativo que la primera generación de transgénicos haya estado presidida por los intereses de la industria en consolidar y aumentar sus ventas de agroquímicos, introduciendo variedades de cultivos transgénicos resistentes a los herbicidas; y que una mayoría de las transnacionales de la biotecnología estén desarrollando una segunda generación de semillas transgénicas cuyas rasgos “ventajosos” consisten en cualidades que facilitan su procesamiento por la industria alimentaria, o su almacenamiento y transporte a grandes distancias. El primer alimento transgénico que salió a la venta en EE UU, por ejemplo, fue el tomate Flavr Savr, un “tomate larga vida”, con un proceso de maduración retardada que facilita su almacenamiento y su transporte a grandes distancias. Todo un invento para una producción de alimentos globalizada -que sin embargo fracasó por resultar demasiado delicado para soportar unas labores mecanizadas de cosecha y envasado. Gran parte de la investigación biotecnológica reciente se orienta asimismo al desarrollo de mejoras cualitativas (menos calorías, menos colesterol, etc.) para una minoría de la población mundial con alto poder adquisitivo, en la cual los excesos de alimentación están causando graves problemas de salud. 

En la actualidad, la práctica totalidad de la superficie sembrada con transgénicos en el mundo está ocupada por cuatro cultivos, en su mayor parte destinados a la producción de piensos compuestos para la ganadería intensiva y otros usos industriales: soja (60% del total de cultivos MG), maíz (23%) algodón (11%) y colza (6%). En países del Sur como Argentina el cultivo de soja transgénica destinada a la exportación ha desplazado a los cultivos tradicionales y expulsado del campo a miles de pequeños campesinos, agravando la crisis de pobreza y de inseguridad alimentaria del país, esquilmando los suelos y provocando graves daños ambientales. En el Norte los cultivos transgénicos están contribuyendo a apuntalar un modelo de producción agrícola y ganadera industrializada, cuyos costes sociales (ruina de la agricultura y la ganadería familiar, despoblamiento del mundo rural), ecológicos (contaminación, desaparición de razas y de sistemas extensivos adaptados al entorno y ecosistemas asociados) y sanitarios (vacas locas, gripe aviar…) son insostenibles. Los cultivos estrella son aquellos que tienen incorporada la resistencia a un herbicida, que ocupan el 73% de la superficie cultivada, seguidos de las variedades insecticidas Bt (18%) y de las variedades con ambas características (8%).

5. INVESTIGACION COMO ESTUDIO DE CASO

Las repercusiones económicas generales de los cultivos transgénicos dependerán de una amplia gama de factores, tales como los efectos de la tecnología en las practicas agronómicas y los rendimientos, el deseo de comprar alimentos. Anteriormente mencionamos ventajas y desventajas de estos alimentos y al parecer si tiene riesgos el consumo de estos, pero la economía en Bolivia no esta por un buen camino y empeoro con la situación de la pandemia y otros conflictos políticos, en los que se vio afectada la alimentación de familias bolivianas, se podría producir mas y comercializar a buen precio y con buen tamaño, accesible para todas las familias, pero tendríamos que buscar formas mucho más seguras para producir alimentos transgénicos aptos para consumo humano.

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